sábado, 2 de mayo de 2009

Al final todo tiene que ver con el amor

Donde quiera que estés, ante cualquier circunstancia trata siempre de ser un amante, un amante apasionado. Una vez que poseas el amor continuarás siendo un amante en la tumba, en el día de la resurrección, en el paraíso y para siempre. Y si no has sido un amante no podrás contar tu vida como si la hubieras vivido. En el día del juicio esa vida no será tenida en cuenta.

Ama por el amor mismo, él te atravesará como un rayo el alma. En realidad tú no debes amar, porque es el amor que amará a través de ti. Debes contemplar la belleza de ese amor.

Y recuerda algo muy importante: Si no puedes ver a Dios en una sonrisa, en una flor, en un poco de polvo del camino, en la hierba o en una estrella no lo hallarás en un libro de religión.

La gota se convierte en océano pero también el océano se convertirá en gota.

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