Ama por el amor mismo, él te atravesará como un rayo el alma. En realidad tú no debes amar, porque es el amor que amará a través de ti. Debes contemplar la belleza de ese amor.
Y recuerda algo muy importante: Si no puedes ver a Dios en una sonrisa, en una flor, en un poco de polvo del camino, en la hierba o en una estrella no lo hallarás en un libro de religión.
La gota se convierte en océano pero también el océano se convertirá en gota.
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