miércoles, 3 de junio de 2009

El mundo

He besado con mis ojos y con mis caricias la adorable superficie de este mundo.
Y como un velo bordado de preciosas imágenes, lo he plegado sobre mi corazón.
Tantos pensamientos y sentimientos he vertido en sus días y en sus noches
que mi vida y el mundo se han fundido y son ya una sola sustancia amorosa.
Y amo mi vida porque amo la claridad del cielo que está en mí.
Abandonar este mundo es una realidad tan poderosa como amarlo.
Mas si este amor hubiera de ser engañado y burlado por la muerte, el gusano de una
desilusión semejante roería todas las cosas y hasta las estrellas, extinguidas,
se derrumbarían en ceniza.
Y cuando toco el sitio de mi corazón estoy tocando el mundo y el amor inmortales.

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